En muchísimas ocasiones hemos escuchado la frase «vive el día de hoy como si fuera el último«. A muchos nos gusta la frase y hasta la repetimos. Pero, ¿en verdad vivimos cada día como si fuese el último?

La mayoría de nosotros no pensamos que en realidad este será el último día de nuestras vidas. Aunque sabemos con certeza que moriremos algún día, tenemos la creencia de que no será hoy. Y así pensamos todos los días, inconscientes de que en verdad podría ser el último.

Desde que nacemos el único camino que seguiremos con certeza es el de nuestra muerte, que aunque normalmente la relacionamos con la vejez, lo cierto es que muchas personas mueren prematuramente a causa de enfermedades o accidentes. Incluso hay algunas que mueren antes o al momento de nacer.

La muerte es inevitable, y es por eso que debemos apreciar este día y vivir el momento. Y con esto no estoy diciendo que no debas prevenir el mañana, es nuestra responsabilidad planear el futuro. Debes usar la experiencia del pasado para planear tu futuro, pero debes vivir con plenitud el día de hoy, que es con lo único que contamos en realidad.

Si por las mañanas meditamos un poco sobre la muerte, y nos convencemos de que en verdad hoy podríamos morir, ¿Cómo te gustaría que fuera tu último día? Con esto no quiero decir que debas planear el día de hoy con grandes aventuras, tirarte del bungee y hacer todo lo que no haz podido hacer hasta hoy. Lo que quiero decir es que pienses ¿cómo te gustaría sentirte hoy si supieras que es tu último día? ¿Te gustaría sentir odio, celos, amargura, ansiedad, envidia u otros sentimientos negativos? ¿O preferirías vivir el día de hoy feliz y en paz?

Para lograr vivir el día de hoy como si fuera el último debemos meditar diariamente un momento sobre esto y entonces convencernos de que hoy viviremos sin sentimientos negativos y en paz, tratando de ser felices. Y esta felicidad no depende de tus cosas, de tu pareja, de tus padres, de la casa o del coche que deseas tener, de tu familia o de tus amistades. La felicidad de vivir el momento depende de nosotros mismos, y debemos aprender a alcanzarla a pesar de las circunstancias que nos rodean.