Cuando hablamos de buena actitud nos referimos a un estado mental; ser positivo y esperar lo mejor de nosotros mismos y de las personas con las que convivimos día a día.

Se dice que internamente tenemos dos fuerzas igualmente poderosas… La primera es la fe, que es confiar y esperar lo bueno. La otra es lo contrario a la fe, el miedo, que es confiar y esperar lo malo.

Dependiendo de qué tanta fe o qué tanto miedo tengamos será nuestra actitud. Y en lo que respecta al dinero, el éxito en los negocios, las relaciones e incluso hasta en la salud, normalmente obtendremos lo que esperamos obtener.

Una buena actitud le dice al mundo lo que esperas de el, y casi siempre eres correspondido con lo que internamente confiabas o temías.

Para alcanzar nuestras metas debemos comenzar por revisar nuestra fe y nuestros pensamientos, y si hay alguna cosa que mejorar tenemos que poner empeño en lograr que toda nuestra energía este en sintonía con esas metas, con una actitud positiva y esperando lo mejor.

Fotografía: dotbenjamin en Flickr
Licencia: Creative Commons

Comentarios vía Facebook

Comentarios vía Facebook