Idealmente, deberíamos dividir nuestros ingresos en pago a deudas, ahorro y gasto. Pero qué pasa cuándo analizamos un poco y nos damos cuenta de que nuestros ahorros nos generan aproximadamente un 2% de rendimiento anual mientras que las tarjetas de crédito nos cobran aproximadamente un 40% anual de intereses.

La respuesta parece muy sencilla: conviene pagar primero las deudas y luego empezar a ahorrar. Pero no siempre en finanzas personales debemos tomar decisiones basados en la frialdad de los números, también dependen otros factores personales y emocionales.

¿Porqué debemos ahorrar a pesar de las deudas?

Si utilizamos todo el dinero disponible en pagar deudas y en el futuro tenemos una emergencia o necesitamos disponer de dinero inmediato (cosa muy probable) tendremos que recurrir de nuevo a las tarjetas u a otro tipo de créditos.

Por otro lado el efecto psicológico de tener dinero ahorrado es enorme…. en una entrada anterior hablamos de la ley de la atracción, y basados en esta ley, la seguridad y tranquilidad de tener ahorros nos ayudarán a atraer más dinero a tu vida. Además al ver nuestros ahorros en ceros es muy fácil dejar para después nuestros propósitos de comenzar a ahorrar, ya que como nunca lo hemos hecho podríamos empezar cualquier otro día. Y por el contrario ver dinero en nuestra cuenta nos motivará para seguir haciendo crecer esos ahorros.

En resumen, siempre es importante utilizar una parte de nuestros ingresos para pago a deudas y otra para comenzar a ahorrar y hacer hábitos de ahorro… de esta forma podremos poco a poco crear un fondo de emergencias y oportunidades y dejar de depender del crédito.

Fotografía: agusprayudhi
Licencia: Creative Commons

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