La vida está llena de sorpresas, aveces desagradables. Un fondo de emergencias es una herramienta para afrontar los problemas financieros cuando ocurren algunas de esas sorpresas, como por ejemplo, perder repentinamente tu fuente de ingresos.

A pesar su importancia, son pocas las personas que destinan una parte de sus ingresos para crear un fondo de emergencias; la idea siempre es buena, pero en la práctica pocas veces se logra.

¿Cómo comenzar?

Determina tu meta de ahorro.

Empieza haciendo una lista de tus gastos mensuales que son realmente necesarios; por ejemplo la renta de tu casa o el pago del crédito hipotecario, el pago del auto, los seguros, servicios, alimentos, y todos los gastos que no son opcionales. Luego multiplica esta cantidad al menos por 6 y tendrás tu meta de ahorro.

Fija un plazo realista para alcanzar tu meta de ahorro.

Divide tu meta de ahorro en 24 meses para alcanzar tu meta en 2 años. Supongamos que tu meta es de 100,000 pesos, entonces tendrías que ahorrar 4,166 pesos al mes para tu fondo de emergencias, ¿Es eso posible? Si no, trata de hacerlo en 3 o 5 años. Para lograr esa meta en 5 años tendrías que ahorrar 1,666 pesos al mes. El secreto es comenzar con poco, y no fijar un ahorro muy alto y angustiante que desequilibre tus finanzas y termines por dejarlo.

Define una estrategia.

Ya tenemos una meta específica (la cantidad por ahorrar) y un plazo para lograrla. Sólo nos falta el «cómo». Para esto vigila tu flujo de efectivo y encuentra las fugas de dinero. Cancela servicios que no necesites o que no estás usando y observa en dónde puedes ajustar tu presupuesto para crear una brecha o una diferencia entre lo que ganas y lo que gastas.

Ahorra cuando recibes tu ingreso, y no esperes a que llegue el fin de mes para ver si te sobró algo.